Di yo soy tu - Rumi-

jueves, 30 de junio de 2011

TODO ES BRAHMA



Todo es Brahma

Un asceta llegó cierto día a la plaza de un pueblo. Se sentó a la sombra de un plátano, sacó de su humilde zurrón un pedazo de pan, y empezó a comerlo lentamente.
En esto, un perro famélico se le acercó. Estaba en los huesos, y miraba tristemente al asceta y su pedazo de pan. Sin decir nada, el monje comenzó a darle de comer, de manera que le daba un pedazo al perro, y luego cogía otro trozo para él.
Los que pasaban por allí, al ver la escena del asceta enjuto dando de comer a un perro famélico, se reían de la situación, haciendo burlas de la conducta excéntrica del penitente.
Uno se acercó y le increpó por despilfarrar la comida con aquel animalucho:
Pero éste, sin dejar de dar de comer al perro, le dijo:
—Brahma da de comer a Brahma: por tanto, ¿de qué te sorprendes, oh Brahma?

Fragmento de Los cuentos del peregrino
por Laureano J. Benítez Grande-Caballero

martes, 21 de junio de 2011

EL SILENCIO



El silencio es la explosión de la inteligencia. Silencio quiere decir: dentro de ti, eres sólo espacio, espacio sin estrépitos. Silencio quiere decir que has puesto a un lado todo el mobiliario de la mente,los pensamientos, los deseos, las memorias, las fantasías, los sueños, todo lo has empujado al lado. Estás mirando la existencia directamente, inmediatamente. Estás en contacto con la existencia sin nada entre tí y la existencia. Eso es silencio...

El silencio se puede escuchar. Y cuando lo escuchas hay un entendimiento inmediato. El entendimiento viene como una sombra siguiendo el silencio. Entender las palabras y escuchar las palabras es muy simple. Cualquiera puede hacerlo: sólo se necesita un poco de educación sobre el lenguaje, no mucha. Pero se necesita una transformación tremenda para escuchar al silencio y entender el silencio. El silencio tiene que surgir de tu ser mismo.

Hay dos tipos de silencio: uno es el que cultivas, el otro es el que llega. Tu silencio cultivado es nada más que la bulla reprimida... Lo puedes lograr con la práctica pero es como sentarte encima de un volcán, el cual puede estallar en cualquier momento, por cualquiera pequeña excusa. Esto no es verdadero silencio, sino un silencio forzado.

El silencio que se origina de tu ser mismo, que no se impone ni desde afuera ni desde adentro pero que llega justo al contrario, llega, surge desde adentro hacia afuera, se origina del centro hacia la circunferencia... ese es un fenómeno totalmente diferente.

El silencio que nace así, es tan grande que puede contener las palabras, puede contener el habla. Nada puede perturbarlo, es un silencio que no tiene miedo de las palabras. Hay gente que no habla, que parece estar en silencio. Su silencio parece estar en contra del habla, y un silencio que se pone en contra del habla todavía es parte del habla. Es una ausencia: no es una presencia.

¡La ausencia del habla no es mi silencio! El silencio es una presencia. Te puede hablar. Te puede cantar. Tiene una energía tremenda. No es vacuo, es una realización.

El verdadero silencio no es el silencio del cementerio, no es el silencio de la muerte. Es el silencio de la vida, un silencio pulsando con la vida, que al pulsar es positivo, afirmativo. Es un gozo. No es la ausencia de la preocupación. Es la presencia del éxtasis.

Uno puede escapar y lograr un cierto silencio pero sólo será una ausencia de tensión, que no es nada especial. El silencio verdadero tiene que existir en la plaza del mercado, en la muchedumbre, ¡en plena rumba! Cuando nada te distrae, cuando nada te perturba, estás centrado. Sé en el mundo, deja que el servir a la gente sea tu meditación y luego encontrarás que llegues al silencio. No escapes, no busques el silencio en el aislamiento o en lugares solitarios. Puedes llegar al silencio, puedes ser meditativo dentro del mundo.

Aprende el silencio. Con tus amigos, con tu familia, de vez en cuando siéntate con ellos en silencio, sin chismear, sin hablar. Deja de hablar y no sólo afuera, acaba con el monólogo interior. Siéntanse y no hagan nada, sólo siendo presencias unos para otros. Pronto encontrarán una nueva manera de comunicarse a través del silencio.

Tanto como tu silencio crece, tu amabilidad y amor crecen; tu vida se transforma en una danza de momento a momento, en un regocijo, en una celebración.

OSHO

domingo, 12 de junio de 2011

NOSTALGIA



A veces te sientes como un arado que barre siempre el mismo surco y piensas que el trabajo sería más blando si caminaras en compañía.
A veces te enredas en la nostalgia de lo que dejaste atrás y, así como el agua busca su nivel tu sangre tira y lleva lejos tu memoria. Miras por sobre el hombro y recuerdas a tus amigos, tu vieja casa, tu ayer o ese alguien especial para ti.
Otras veces encuentras injusto el precio de tu soledad y revuelves en los pliegues de tu pasado como quien busca monedas en los bolsillos de un muerto.
Tu mente menor inventa recuerdos y fabrica diálogos que lo expliquen todo: respondes a preguntas que nunca te hicieron e interrogas a quien no tuviste coraje de preguntar.
Pero descubres que no hay risa que devuelva lo perdido, lo llorado, ni dé verde a lo marchito.
¿Pero tú, buscador, estás seguro de haber perdido?
Cuidado: Tú no vives de recuerdos sino que los recuerdos viven de ti. Son miles de bocas que devoran la fuerza que necesitas para seguir adelante.
Dime:
¿De quién te acuerdas cuando te acuerdas de ti?
¿Del niño que corría entre los árboles?
¿Del joven que soñaba con viajes lejanos?
¿De lo que fuiste ayer?
Todas esas vivencias tiene la marca de lo fugaz: Están escritas en tu memoria como la sombra que un pájaro en vuelo deja sobre el agua.
Pero recordarse de sí no quiere decir tener memoria. La memoria y el olvido son funciones de tu mente menor en cambio el recuerdo de sí pertenece al ser profundo.
Escucha: tú no has renunciado a amar por seguir la vía sin embargo puede parecerte que por seguir la vía has dejado de amar.
Recuerda bien, buscador no sea cosa que lo que crees que has perdido sea sólo otro juego de tu mente así como tus recuerdos emotivos son sólo reflejos condicionados y la historia que añoras un invento de tu nada.
El buscador no cree en el amor eterno sino en el eterno amor.
Por eso, si recuerdas una gran amistad o un gran amor hazlo con la delicada alegría de los amigos que amaron no con la posesividad de los insatisfechos.
Abre las manos del alma y deja andar su recuerdo como si liberaras una paloma cautiva.
Esto también te servirá para aprender.

Mario Corradini